miércoles, 19 de enero de 2011

El Mercenario(relato)

La noche era fría y oscura. El cielo estaba estrellado y había luna llena, símbolo de mal augurio. Aunque eso a él no le importaba lo más mínimo. El frío se desvanecía al contacto con las llamas de la fogata, en la que aparte de él, estaban todos los que al día siguiente iban a luchar a su lado. Alguno de ellos podría salvarle la vida, aunque eso tampoco le importaba. De repente uno de ellos, el más viejo, se levantó.

- Camaradas, espero que mañana tengamos una gran victoria y nos llenemos los bolsillos- dio una sonora carcajada-. Brindemos por ello.
- ¡Brindemos!- gritaron todos a la vez.

Era Magnor, llamado El Asesino de Trolls. Se decía que en su juventud mató a tres él solo, tan sólo con la ayuda de su espada. Era el más respetado entre ellos.

- Yo, Magnor, Asesino de Trolls, mañana os cubriré la espalda con mi vida si hiciera falta. Sólo espero lo mismo de todos los aquí presentes. Todo el que lucha a mi lado se convierte en mi hermano. Todos aquí somos hoy hermanos de armas ¡Brindemos!
- ¡Brindemos!- gritaron todos a la vez de nuevo.

Magnor desenvainó su espada y la puso en el centro. Y todos y cada uno de ellos hicieron lo mismo, juntándolas y levantándolas mientras gritaban. Después, cuál bardo, se puso a contar historias sobre sus batallas libradas, formándose un círculo alrededor del Asesino de Trolls. Él no se movió de su sitio.

- Se los ha metido a todos en el bolsillo¿no crees?. Tiene bastante carisma-preguntó uno de los que estaban a su lado.
- A mí sin embargo me ha parecido gracioso,no sé que hace aquí. Lo haría mejor siendo el bufón del rey Arnorld.
- Mientras me cubra la espalda, sus discursos me dan igual- afirmó sonriendo.
- Es todo hipocresía. No somos soldados que luchamos por nuestro país. Mañana te cubrirá la espalda ¿y? en la próxima batalla te la podrá ensartar. Somos perros de guerra, guiados por unos amos sedientos de sangre y poder. Nosotros sólo podemos pelear para ganarnos la comida.
- Prefiero no pensar en ello-dijo mirando al cielo-. Yo sólo espero volver a casa con la recompensa y ver a mi mujer y a mi hijo de nuevo.
- Espero que así sea.
- Por cierto, me llamo Clamer ¿y tú?
- Tarik
- Ta...Ta....Tarik El...El....Carnicero.
- Así me llaman.
- Debí reconocerte, esa espada bastarda con la empuñadora en forma de águila...
- Creo que la conocen más a ella que a mí-dijo acariciando la hoja de la espada y riéndose.- Esta espada ha vivido conmigo desde que aprendí el arte de la esgrima.

El círculo alrededor de Magnor se fue deshaciendo. Éste, levantándose, se acercó a Tarik.

-Tarik El Carnicero, es un honor conocerte.
-Es mutuo.
-No hemos tenido oportunidad de hablar a solas.-miró a Clamer-
-Va...vale, ya me voy-dijo Clamer levantándose
-No,no hace falta-Tarik le agarró-. Magnor, dí lo que tengas que decir.
-Supongo que sabrás lo de la recompensa especial.
-No sé de que me hablas.
-No me tomes por un estúpido Carnicero. Los marlianos han contratado a un nórdico llamado Agnar.
-¿Y?
-Quien traiga su cabeza tendrá mil monedas más en su bolsillo. No es casualidad que tú estes aquí. Espero que no te me interpongas, sólo yo,El Asesino de Trolls, puedo matarlo.
-Tranquilo, no me interpondré, puedes irte a dormir tranquilo.
-Eso espero.

Magnor se fue hacia su tienda. Tarik y Clamer empezaron a reír

-Ahora sé por qué estas aquí, te han contratado para matar al nórdico.
-Así es.
-Tu fama te precede. Cuentan sobre tí que has matado a varios generales en batalla.
-Soy muy selectivo en batalla. Me contratan para matar a los guerreros mas fuertes.
-Pues mañana parece que tendrás competencia. Magnor no lo dejará escapar fácilmente.
-Ese viejales no tiene nada que hacer...no es un nórdico normal...es un berseker...
-¿Un berseker?.
-Exacto, toman unos brebajes que les afecta al raciocinio. Luchan sin armadura, armados con un hacha y son casi invencibles.
-Nórdicos, bersékers, mercenarios, monstruos adiestrados...En estos tiempos vale todo. Desde la muerte del gran rey los tiempos van a peor. Esa estúpida división del territorio que se hizo entre sus generales fue lo peor que le pudo pasar a esta tierra. Ahora ¿Cuántos reinos de mierda hay? Me faltan dedos en el cuerpo para contarlos. Todos luchando entre sí, devastando esta tierra.El gran Rey se revolvería en su tumba.
-Clamer...
-¿Sí?
-Eras soldado de la antigua corte ¿me equivoco?
-No, no te equivocas. Estoy aquí porque no sé hacer otra cosa y porque tengo que dar de comer a mi familia.
-Son tiempos difíciles.
-Tarik ¿puedo pedirte algo?
-Pide.

Sacó de sus pertenencias una carta y una bolsa con monedas de oro. Leyó por última vez la carta y la metió en un improvisado sobre que habia hecho con algo parecido al cuero. Contó meticulosamente las monedas de la bolsa, metiéndolas otra vez en la bolsa y cerrándola con cuidado.

-Tarik,mi hogar está en Ilan, una pequeña aldea al noroeste de aquí. Te voy a ser sincero, tengo un mal presentimiento. Mañana sé que no saldré con vida de la batalla. Por favor coge esto, si muero lleváselo a mi mujer. Se llama Claire. No tengo a nadie a quién pedírselo.
-Clamer...
-Somos mercenarios, sí, pero ante todo somos guerreros. Tarik, cuando un guerrero tiene un mal presentimiento antes de la batalla sabe que va a morir. Es algo a lo que no podemos escapar. Y tenemos que estar preparado para ello, son gajes del oficio, tú lo sabes.
-Sí...
-Entonces ¿me harás el favor?
-Lo haré.
-Que los dioses te lo agradezcan,Tarik. Bueno, creo que es hora de ir a dormir, mañana nos espera una batalla importante. Buenas noches.
-Buenas noches.

Cuando Tarik se aproximaba a su tienda, un soldado skartiano se acercó.

-Tú, el general quiere verte, ven conmigo.
-¿Qué quiere?
-Lo sabrás cuando te lo diga. Ven o tendré que llevarte arrastrando.

Se pusieron en marcha. En el campamento no había ya nadie fuera de sus tiendas,todos estaban dormidos, sólo quedaban los que estaban haciendo la guardia. Llegaron al centro del campamento, donde estaba la tienda del general. Era más grande que las demás y estaba fuertemente protegida por guardas fuera de la tienda.

-Entra.-dijo el soldado.

El interior de la tienda no era muy diferente a como era por fuera: grande y lujosa. Había extraños artilugios bañados en oro, los cuales Tarik no sabía de su existencia. Asientos de terciopelo,barriles de vino... Y en el centro, el general, detrás de una enorme mesa con varios mapas. Cuando vio entrar a Tarik se levantó

-Tarik el carnicero, es honor conocerte
-El honor es mío, señor
-Soy el general Salvio. como sabrás, estoy al mando de este ejército.
-Lo sé, señor.
-¿Una copa de vino? ¿algo de comer quizá?
-No, gracias señor.
-Bueno,vayamos al grano, Tarik. Se te ha contratado para una misión especial. Sabemos que eres selectivo en combate. No queremos que pierdas el tiempo matando a unos bastardos sin valor.
-El nórdico ¿no? quieres que lo mate.
-Así es
-Y entonces ¿por qué habéis puesto una recompensa especial por él? Eso me dificultará el trabajo.
-Porque no queremos que tus compañeros mercenarios sospechen,por eso te he llamado a estas horas de la noche. Esos bastardos son como perros hambrientos tras un trozo de carne, pero si a esos perros les das un trozo de carne más grande, se vuelven más agresivos. Y eso es justo lo que quiero ¿entiendes?
-Entiendo.
-Ambos sabemos que nadie aparte de tí podrá plantarle cara al nórdico.
-Eso me deja en una buena posición-dijo Tarik con una sonrisa pícara.
-No te entiendo...
-Dais mil monedas a quien mate al nórdico ¿no?
-Sí
-Yo quiero dos mil.
-¿Dos mil?-empezó a reír-¿Quién te crees, hijo de perra, para pedir más?
-Soy el que decidirá si el amo verá a sus perros ganar desde una colina...o por el contrario los verá perder. En todo caso los verá desde una colina, como es costumbre en tan valientes generales.

En ese momento el guarda que lo acompañó a la tienda le puso su espada en el cuello,amenazándolo

-¿Cómo te atreves a hablarle así al general, perro despreciable?

No le dio tiempo a acabar la frase cuando Tarik apartó la lanza de su cuello con violencia. Le dio un puñetazo entre ceja y ceja y de una zancadilla le tiró al suelo. Puso la lanza del soldado en su cuello, invirtiendo la situación.

-¡Soldado!,fuera de aquí ¡ya!-gritó Salvio.
-Ssss...sí señor-se levantó como puedo,cogió la lanza que le había arrebatado Tarik y se fue temblando.
-Eres ruín,como todos los de tu profesión-dijo visiblemente enfadado el general-Parece que no tengo elección,que sean dos mil monedas ¡fuera de mi vista!
-Adiós,horonable general-dijo Tarik sonriendo.



Tarik se levantó una hora antes del alba y comenzó a prepararse. Se puso el jubón, bien ceñido a la piel. Después su antigua armadura de cuero, compañera en mil batallas. La prefería a la de malla porque era menos pesada y le daba más movilidad a la hora de luchar. Por último los brazales y las grebas.

Practicó un poco con la espada,era sorprendente la rapidez con la manejaba. Después envainó la espada y se la colgó en el cinturón, . El mango sobresalía por su hombro izquierdo,ya que era zurdo. Una característica impropia de guerreros.

Tras ésto apareció Clamer

-Tarik, es la hora.
-De acuerdo, vamos.

A los mercenarios los encuadraban en las tres últimas legiones. Cada caudillo skartiano comandaba tres legiones. Y las tres legiones de los mercenarios fueron encargadas a un caudillo con pinta de bufón

-¡Nosotros aguantaremos el empuje enemigo por el centro mientras las otras legiones ataquen por los flancos!¿Alguna pregunta?¿no?...Bien, sigo explicando....

Tarik y Clamer hablaban en voz baja sin prestar atención al caudillo

-No hace falta que nos diga más-dijo Clamer.- Estaremos en el centro de la batalla, donde todo el enemigo empujará con todas sus fuerzas...Actuando de cebo.
-¿Acaso pensabas que íbamos a estar al lado del general? A nosotros siempre nos mandan al peor sitio, donde la misión es casi suicida.
-Tarik...-dijo Clamer agarrándolo por el hombro.
-Dime
-No te olvides de lo que hablamos ayer. Por favor, si muero...
-Ya lo sé Clamer. No lo olvidaré.
-Gracias...de verdad. Gracias.

Cuando el caudillo terminó de hablar empezaron la marcha hacia el lugar indicado. Mientras marchaban, Magnor se acercó a Tarik

-Carcinero, el nórdico es mío. No te me interpongas o lo lamentarás.
-Tranquilo viejo...no me interpondré. Lucharé con él cuando te parta por la mitad. Espero que no tenga que esperar mucho para ello.

Magnor se alejó de su lado. Algunos empezaron a cantar "El Canto a La Victoria", canción que apelaba a la victoria como única opción en la batalla.Unos miraban sus armas, otros reían, otros miraban hacia abajo.

Llegaron a una explanada enorme. El ejército enemigo estaba frente a ellos. No los superaban en número ni tampoco ellos al enemigo. Era una batalla igualada. Desde lejos se divisaba al enorme nórdico, vestido con pieles y armado con un hacha enorme. Tenía los ojos blancos, echaba espuma por la boca y estaba amarrado con cadenas. Había niebla, no mucha, pero dificultaba la visión y el cielo estaba nublado. Tarik miró a Clamer, asintió con la cabeza, desenvainó su espada y se preparó.

¡A la cargaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!- gritó el caudillo.

Empezaron todos a correr, parecía una estampida. El enemigo no espero e hizo igual. El choque fue brutal. Tarik paró un golpe de un soldado, saltó por encima de él y le clavó la espada por la espalda. Después dio un tajo semicircular, el cual cortó varias cabezas. Un enemigo lo agarró por la espalda pero se deshizo de él con un codazo en el estómago. Lo agarró y lo tiró hacia otro enemigo. Aprovechando que estaban los dos juntos para dar una estocada y ensartar a los dos.

Había matado a varios enemigos más cuando se dio cuenta de que había perdido de vista a Clamer. No había tiempo de buscarle, debía de encontrar al nórdico, que gracias a su altura se veía desde casi todo el campo de batalla. Inició la carrera hacia él, matando a los enemigos que le obstaculizaban. Agnar estaba luchando con Magnor, el cual no pudo oponer mucha resistencia de un hachazo le destrozó el escudo y lo tiró al suelo. El viejo mercenario alcanzó a herir en la pierna a su oponente, pero éste estaba en trance y una herida tan pequeña no le iba a parar. Alzó el hacha al cielo y la dejó caer sobre el rostro del Asesino de Trolls, cortándolo en dos.

Tras matar a Magnor, Agnar vio a Tarik y fue directamente a por él. Le intentó placar pero le esquivó. No tuvo tiempo para reaccionar cuando le lanzó un golpe con su hacha que El Carnicero bloqueó con su espada. Sintió como le crujian los huesos de los brazos. La fuerza del golpe era espeluznante.

Siguió esquivando el hacha del berséker. Sabía que no podía enfrentarlo cuerpo a cuerpo. En uno de los golpes saltó por encima del hacha y le clavó la espada en el brazo. La hundió con todas sus fuerzas hasta que salió por la otra parte, pero el nórdico ni se inmutó. Le pegó tal puñetazo que lo lanzó varios metros. Se quedó tumbado en el suelo.

Agnar levantó el hacha para rematar a Tarik, que perdió la consciencia. De repente Clamer apareció por detrás y le clavó la espada en la espalda. Lanzó un grito en un idioma extraño y soltó el hacha. Se dió la vuelta y cogió a Clamer del cuello. En ese momento Tarik recobró la conciencia y vió la situación.

-Clamer ¡no!-gritó.

Mientras sostenía por el cuello a Clamer, Agnar se sacó la espada que tenía clavada e inmediantamente se la fue clavando a Clamer en el corazón. El Carnicero cogió su espada, que estaba tirada en el suelo, y con todas sus fuerzas le ensartó , levantádolo unos milímetros del suelo, lo que sirvió para que soltara a Clamer. Sacó la espada del cuerpo y se la clavó de nuevo, esta vez en el corazón. La retorció dando un giro completo. Su enemigo le miró a los ojos, a escasos centímetros de su cara. Los ojos blancos se convirtieron en unos ojos verdes, que se fueron apagando. Sacó la espada lentamente. El nórdico yacía en el suelo sin vida.
Se escuchó a los soldados, que habían hecho un rondo alrededor de la lucha entre Tarik y Agnar, gritar y gritar de alegría.

-¡¡¡¡¡VICTORIAAAAAA!!!!

Habían ganado la batalla.

Se acercó a Clamer y le cerró los ojos.

-Tranquilo Clamer. Tu mujer y tu hijo sabrán que has muerto como un héroe, como los héroes de tiempos del Gran Rey, al que tú tanto anhelabas...

Pasaron unas horas. Los muertos en batalla recibieron un funeral digno de guerreros. Cuando quemaban el cadáver de Clamer, miró la carta y la bolsa de monedas que le dejó. ,Mientras miraba su bolsa con 2000 monedas de oro.



-¿Ilan? zigue er camino que está p'allá, a caballo no vá a tardá musho-dijo un viejo aldeano
-Gracias.

Era por la mañana. Los bellos parajes de los alrededores de Ilan alegraban la vista, pero no su corazón ¿Qué iba a decirle a la mujer de Clamer? ¿Cómo se lo diría?.

Había pasado tanto tiempo pensando que ni siquiera se dió cuenta de que había llegado a la aldea. No era muy grande. Había una taberna, una herrería y una plaza con puestos. Fuera había mujeres lavando ropa en río, niños jugando con espadas de madera, viejas cuchicheando...lo normal en las aldeas. Se bajó del caballo y lo amarró a un poste.

Se quedó mirando a los niños con las espadas, daban gritos y tomaban el rol de personajes mitológicos o guerreros famosos. Se acercó a uno de ellos.

-¡Hey!,pequeño-dijo poniéndose en cuclillas para estar al nivel del niño-. ¿Sabes por casualidad donde vive Claire?
-Claro-afirmó el pequeño con alegría-. Es mi mamá

De repente un escalofrío le atravesó todo el cuerpo. Estaba frente al hijo de Clamer

-Me..me puedes llevar con ella?
-Si me das una moneda de oro-dijo el muchacho enseñando los dientes.
-De acuerdo, te la daré, pero antes llévame con ella.
-Sígame

Siguió al pequeño no más de cuantos pasos. La casa estaba justo al lado de donde estaban hablando. El niño empezó a gritar.

-¡Maamáááá!¡mamáááá,alguien ha venido a verte!
-¡Ahora voy!-gritó la madre desde el interior de la casa.
-Mi moneda, por favor-dijo el niño sonriendo y abriendo la mano.
-Pequeño truhán, la casa estaba a unos pasos. Bueno, vale, toma dos, te lo has ganado.
-Graciaaaaas señoorr, adiós.
-Adiós muchachote.-dijo Tarik sonriendo.

La madre salió de la casa. Era muy bella. Tenía los ojos verdes, el pelo moreno y rizado. Cuando vio a Tarik puso una expresión extraña.

-¿Quién es usted?
-Soy Tarik...
-¿Y qué desea?
-Verá....Yo.....Clamer

De repente la mujer se sobresaltó

-Entre en la casa por favor
-Pe..pero
-Por favor
-De acuerdo

Entraron en la casa Era muy sencilla, pero se sentía el calor de un hogar en el ambiente.

-Siéntese
-De acuerdo.
-Dígame,Clamer no ha.....¿verdad?
-Verá...Clamer....
-Vaya al grano por favor.
-Clamer...murió en la batalla que hubo entre Marlia y Skartia hace unos días. Me..me salvó la vida. Me dió esta carta y esta bolsa de monedas.

Claire leyó la carta. Después de leerla, le fallaron las piernas y tuvo que sentarse. Empezó a llorar.

-¿Cómo murió?
-Lo mató un nórdico llamado Agnar,en concreto un berserker. Son muy poderosos. Gracias a él no me mató...El maldito me noqueó. Lo siento, yo intenté actuar todo lo rápido que pude...pero...
-No pasa nada...-dijo Claire, secándose las lágrimas ante el asombro de Tarik. Era una mujer dura. Cualquier mujer estaría destrozada después de perder a su marido-. Soy la esposa de un guerrero. Siempre me he mentalizado de que algun día mi marido se irá y no volverá. Es duro, pero tengo un hijo al que criar. No debo venirme abajo. Tengo que hacerlo, lo pone en la carta. Es su última voluntad.
-Si necesita alguna ayuda no dude en decírmelo.
-No no. Usted ya ha hecho bastante viajando a esta aldea a traerme la noticia.
-¿De verdad?
-De verdad

Salieron los dos de la casa Se quedaron en la puerta mirando al hijo de Clamer jugando con los otros niños.

-¿Cómo se lo tomará?
-Le diré que su padre se ha ido a luchar a tierras muy lejanas y no volverá en una temporada. Cuando pasen unos años tendré que decirle la verdad.
-Admira mucho a su padre¿verdad?
-Mucho
-No deje que se gane la vida con una espada.
-No lo haré, es muy listo. Estoy segura de que entrará en la universidad.
-Eso espero.
-Bueno...Tarik, gracias por todo pero debe irse. No quiero que sospeche nada.
-Lo comprendo
-Adiós

Tarik se despidió. Dió unos pasos pero se paró. Lo pensó y se volvió hacia la casa de nuevo.

-¡Claire!
-Dígame-la mujer estaba cerrando la puerta
-Se me olvidaba algo, tome.

Sacó la bolsa de 2000 monedas que había ganado por matar al nórdico y se la dió a Claire

-¿Esto qué es?
-Es la recompensa especial que ganó Clamer por haber matado al nórdico. El nórdico murió a su vez. Los dos se dieron unas estocadas mortales.
-¿2000 monedas? Es muchísimo.
-El nórdico lo valía,pero la muerte de su marido lo vale aún más. Espero que con eso tenga para vivir un tiempo.
-Gra..Gracias
-Adiós...

No sabía si la mujer le había creído o no, y si ese es el caso, porque lo había aceptado. No quería pensarlo. En todo caso, Clamer le salvó la vida, y ese hecho vale más que todas las monedas del mundo.

Fue hacia el caballo y se marchó de la aldea.Tomó el camino por donde había venido. Subió a una colina, se bajó del caballo y se tumbó en la hierba. Estaba atardeciendo y el paisaje era bellísimo ¿Dónde iba a ir ahora? ¿Qué iba a hacer? No lo sabía,como de costumbre. Así es la vida de un mercenario.


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